Defensa de la Educación

Por Julio César Arreaza B

La auténtica comunidad educativa es aquella integrada por los maestros, los padres y los alumnos, quienes están dispuestos a enfrentar la mal parida Ley Orgánica de Educación, centrada en valores ajenos a la idiosincrasia venezolana, como es el viejo hombre comunista, representado patéticamente por los anacrónicos seres que nos desgobiernan.

La educación venezolana a la que aspiramos la mayoría es la que gira en torno a valores democráticos y de excelencia académica, que propicia el ascenso social y el progreso del país.

Solicitamos la renuncia del incompetente ministro de Educación, Héctor Navarro, quien llamó a los patrulleros del partido oficialista a supervisar la implantación de la Ley, dejando traslucir de esa manera la ausencia de un sistema de supervisión profesional por parte del órgano rector del sector educativo.

La ley chavista es eminentemente política, fundada en el odio y la discriminación entre venezolanos, dejando su aplicación a mecanismos unilaterales como serían los reglamentos del Consejo de Ministros. Si algo merece un gran Acuerdo Nacional es el tema educativo y la sociedad democrática está madura para lograrlo y suscribirlo.

La contraloría social proveniente de la auténtica comunidad educativa no la para nadie y se adelanta mediante redes naturales y estratégicas. La ley sancionada por el parlamento unicolor establece como la primera misión de la escuela, la de ser un centro de formación y desarrollo endógeno, esto se hizo con el fin de justificar la intromisión de los Consejos Comunales en las escuelas y convertirlos mediante una perversa definición en comunidad educativa, en detrimento de la legítima que es la integrada por padres, docentes y alumnos. No vamos a permitir la entrada de tales Consejos Comunales dirigidos y dependientes de Miraflores, como un elemento de politización, que disminuya el rol de los maestros democráticos y de la verdadera comunidad educativa. Pretenden desplazar docentes para meter a los suyos.

En la educación superior representa una conquista irrenunciable la libertad de pensamiento y escogencia. El principio de autonomía universitaria es irrevocable y tiene que ver con políticas de admisión e ingreso, carrera académica y ejecución del presupuesto. Las universidades autónomas continuarán dándose sus normas de gobierno, funcionamiento y la administración eficiente de su patrimonio. Esto jamás lo acabará un reglamento unilateral de Chávez.

También fracasará el régimen personalista y autoritario en la tarea de sustituir a los Centros de Estudiantes de origen electivo, por Consejos Estudiantiles oficialistas designados a dedo.

En un país donde existe un déficit de 5 mil escuelas y tenemos 3 millones de niños y adolescentes excluidos del sistema educativo, no se pueden impedir las contribuciones económicas voluntarias, muy necesarias y para nada coercitivas, con miras al financiamiento de la educación privada. El régimen persigue con esto el estrangulamiento financiero de la educación privada.

Creemos que la dimensión trascendente y religiosa es un elemento fundamental de la persona humana. El artículo 59 de la Constitución consagra ese derecho al establecer que “El padre y la madre tienen el derecho a que sus hijos o hijas reciban la educación religiosa de acuerdo con sus convicciones”. La religión ha sido enseñada en las escuelas públicas de Venezuela desde tiempo inmemorial, y forma parte de nuestra identidad nacional. De manera que la enseñanza religiosa escolar es un derecho adquirido, y de acuerdo a la progresividad de los derechos que postula la actual Constitución en su artículo 19, no puede eliminarse.

La enseñanza de la religión católica es muy beneficiosa para la población, ya que fortalece la práctica de una conducta moral fraterna y solidaria. Recordemos la enseñanza del Libertador: “La Moral sin la Religión carece de su fundamento”.

En un tema tan sensible y determinante para el futuro de la nación, como es “la educación”, resulta indispensable la adecuada participación de los diversos actores del hecho educativo y podemos lograr el necesario consenso sobre tema tan fundamental.

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