«Mi Niño de PDVSA»

Todo lo pude soportar a veces.

Hasta conseguía un tiempo para sonreir.

¡Pero la imagen de los gases no quiere salir!

«Mi niño de PDVSA» ahogado, maltratado, asustado…

Desde que tengo mi tímpano tapado

por el grito, el llanto, la súplica a la nada.

Sólo siento en mi frente los ojitos de los inocentes.

Mis niños esperan que pase lo feo, lo sucio

para jugar y comer en el tiempo justo,

para hacer las tareas, correr y bailar ¡sin ningún tipo de susto!

A pesar de los tentáculos de esa zozobra implacable

la nubosidad y los nudos de las gargantas,

puedo visualizar emocionada la llegada de horas santas.

Solo tendré paz cuando no vea más mercenarios, cobardía.

«Mi niño de PDVSA», quiero que regrese tu picardía.

Quiero verte en tu casa, en tu colegio.

Y será pronto cuando aplastemos al necio.

La ráfaga de bendiciones bajará del mero cielo.

«Mi niño de PDVSA» hoy sufro por tí, muchachito.

Mañana estarás hinchado de triunfo,

vestido de principios y arropado de orgullo profundo.

¡Aguanta un poquito que ya esta moribundo!

Resiste valiente que cada minuto crece tu dignidad.

Y será suficiente motor para vencer la maluca maldad!

Deja un comentario